Una tradición perdida en el tiempo.
Autor: Prof. Veudi Vivas Valdez, Cronista Vitalicio de Cozumel.
Cronista Vitalicio de Cozumel.
Por primera ocasión, hoy tuve la emocionante oportunidad de asistir a la despedida de los canoeros de regreso a la antigua Polé, hoy Xcaret, que ayer cumplieron una vez más el sagrado rito de asistir a ofrendar a Ixchel, diosa de la luna, el parto, la fertilidad, la medicina, las artes y la fertilidad de la tierra.
Un gran acierto de los empresarios del Parque temático ecológico, Xcaret que en 2006, promovieron el primer cruce a remo en lo que llamaron Travesía Sagrada Maya, recreando lo que tradicionalmente, en el apogeo de Tantun (San Gervasio), dio fama a la bella Cuzamil cuando las doncellas, recién casadas algunas, cumplían un viaje hasta este santuario para pedir fertilidad en su matrimonio y convertirse en madres, tener un embarazo seguro y un parto sin novedad.
Pero los y las viajeras que visitaban este bello rincón caribeño, también tenían como finalidad consultar el Oráculo, que tenía fama entre los gobernantes de la región, que les ofrecía respuestas a su demanda de conocer el futuro; principalmente eran caciques o gobernantes de la región, desde Tabasco o Centroamérica, que cumplían un viaje tanto de consulta como de comercio pues entre los asistentes era común que se concertaran compra venta de artículos, agrícolas, minerales y animales.
Es muy emocionante ser testigo del esfuerzo de las personas que en esta ocasión fueron más de 290 remeros que en un máximo de 10 por canoa, en un porcentaje de 3 o 4 hombres por 6 o 7 mujeres, después de entrenar por largos 6 o 7 meses, se aventuran a los vientos y corrientes del bravío Caribe, emulando a los remeros mayas que en embarcaciones de 20 metros o más de eslora y con capacidad de veinte remeros, hacían este mismo cruce, aún en los días previos a la llegada de Juan de Grijalva en 1518.
Plausible voluntad despliegan quienes después de 6 o 7 horas remando, llegan exhaustos a las playas cozumeleñas, donde son recepcionados en una ceremonia ritual con música ancestral, con danzantes y numeroso grupo de sacerdotisas que ofrecen copal, flores y tapizan las blancas arenas de pétalos de coloridas flores, pintando de arcoíris las durmientes olas que mueren en la playa.
Renglón aparte merece la personificación de la diosa Ixchel, en sus concepciones de diosa joven y diosa vieja. Desde sus inicios el papel de diosa vieja fue magistralmente representado con mucha devoción, y misticismo convertido en arte, por nuestra siempre recordada amiga, la Profa. Nelly Isabel Solís Vera, que el pasado 12 de mayo cumplió un año de haber comparecido ante el creador y hoy tuvimos el gusto de encontrar que quién obtuvo el papel de Xnuc, es precisamente la hija de la maestra Chabelita, nuestra amiga Sara Pavía Solís, que en su debut alcanzó altos niveles de calidad histriónica, lo que dio a la ceremonia emotividad, sintiéndose la energía positiva que irradiaba este acto ceremonial, en el que los canoeros hacen su ofrendas y reciben los parabienes y bendiciones de la diosa.
También es de resaltar la participación de una joven a la cual no tuve el gusto de saludar, quién hizo la representación de la diosa Ixchel joven, la que con su juvenil entusiasmo nos ofreció incansablemente una danza continua, como complemento del ceremonial en el también asistió a la Ixchel vieja a recepcionar las ofrendas.
Gran número de asistentes dieron realce a este maravilloso evento, aunque justo es decirlo, extrañamos que fueran pocos los habitantes de Cozumel, los que distinguimos entre la multitud que ovacionó a los esforzados remeros, al staff de danzantes y músicos y en general a todos aquellos que pusieron su granito de arena para el lucimiento de este 14º cruce, que debiera ser el 16º, pero los 2 años de pandemia afectaron la continuidad.
Felicito a la administración del Parque Xcaret y a la Fundación de Parques y Museos de nuestra isla, por facilitar sus instalaciones para realizar la recepción y despedida de los casi 300 canoeros.
Los esperaremos el próximo año D.M. con la misma ilusión de ahora esperando que Multunzec, dios de las tormentas sea benévolo y nos libre de recibir algún huracán en la temporada que inicia el próximo 1º de junio.
Cozumel, Q. Roo a 28 de mayo de 2022.